Hola,
En mi boletin “En búsqueda de la felicidad #1) dije que todos buscamos la felicidad o por lo menos sentirnos bien.
También dije que cometemos un error fatal si atribuimos la felicidad sólo a las situaciones externas olvidándonos del hecho que hay una habilidad interna de disfrutar y ser feliz que se puede fortalecer directamente.
Hoy día quiero aclarar algunas cosas más sobre este tema.
Cuando hablo de felicidad no me refiero al “jajaja, que chévere está la farra”. Esto sería un concepto muy superficial y limitado que no puede satisfacer nuestra búsqueda.
La felicidad es como un músculo
Tiene una fibra central, tiene fuerza y flexibilidad.
La fibra central es la alegría de vivir. El mismo hecho que existímos y podemos vivenciar la vida es un regalo de inmensa magnitud. Cuando estamos en contacto con esa verdad nuestro músculo de felicidad está activado y sentimos alegría por el mismo hecho de vivir.
La fuerza y flexibilidad de nuestro “músculo de la felicidad“ crece cuando aprendemos cómo integrar nuestros sentimientos en nuestra alegría de vivir.
Y aquí está el problema. No hemos aprendido cómo integrar sentimientos como Ira, Tristeza o Miedo. Al contrario, nos han entrenado a verlos como negativos y por ende de reprimirlos.
El resultado es que cada vez que sentimos uno de esos sentimientos “negativos” nos sentimos mal y perdemos nuestro contacto con nuestro alma y su innata alegría de vivir. Y eso pasa a cada rato.
En otras palabras: nuestro músculo de felicidad se encuentra en un estado de atrofia crónica y aguda.
Si quieres aprender cómo re-animar, fortalecer y flexibilizar tu músculo de la felicidad la solución más contundente y práctiva es aprender a practicar el Samaya.
Un abrazo,
Demian
🙂