La paz interna y la alegría profunda que nos puede dar la meditación a veces se ven tropezadas por la interrupción de emociones fuertes. Acabamos de meditar, estamos flotando en armonía y paz y de repente pasa algo en nuestra vida y la paz que hemos logrado tras una hora de meditar se esfuma en un segundo.
Suena lindo pero …
La solución que algunas escuelas de meditación proponen ante esto es: “No te identifiques, solo observa, solo deja pasar la emoción como una nube que va flotando en el cielo.” Suena lindo pero no es tan fácil lograr.
Muchas veces ese mismo intento de sólo observar sin identificarse se convierte en un esfuerzo sutil de mantenerse distante de los propios sentimientos, de no dejarse afectar por ellos. Este mismo esfuerzo nos saca de nuestro centro auténtico ya que este solo se manifiesta a través de una profunda relajación.
Aunque logremos mantenernos neutrales ante nuestros sentimientos y sintamos cierta calma interna, esta se puede convertir en una paz tipo cementerio ya que muchas veces se logra a través de la des-conexión de los sentimientos que no son otra cosa que los movimientos de la vida en nosotros mismos.
Entonces, ¿Cómo funciona esto de sólo observar?
Darle atención a un sentimiento que esta moviéndose es una dinámica natural del alma. Lo hace como parte de la dinámica interna para procesar el sentimiento y llevarlo a una integración.
Sólo observar sin interferencia significaría observar también cómo la percepción corporal se concentra en el sentimiento y este se hace más notable, significaría presenciar cómo la respiración va hacia el sentimiento y se sintoniza con su vibración para que éste se pueda mover libremente y cómo las fuerzas del alma se activan para integrar el sentimiento.
Eso es el criterio. Si la “observación neutral” no da esa libertad a nuestros sentimientos no se trata de observación si no de control. Y el control no lleva a la meditación si no refuerza un ego de porte espiritual.
Integración Emocional y Meditación
Todo este panorama se aclara mucho si se entiende la relación íntima entre la Integración Emocional y la Meditación: Cuando los sentimientos pueden fluir libremente nuestro centro auténtico se da de una manera espontánea. Cuando tenemos que reprimir y controlar los sentimientos la misma tensión y el mismo esfuerzo constante que genera eso nos separa de nuestro centro auténtico. Entonces vivimos desde nuestro centro de control pensando que es nuestro Yo interno.
Hay un ejercicio específico de meditación que combina el movimiento del alma hacia la expansión e integración emocional con la meditación y la relajación total hacia nuestro centro auténtico. Se da una dinámica poderosa que refuerza los dos aspectos: La Integración y Fluidez Emocional y la Meditación. Si te interesa saber más escríbeme por E-mail.
Para profundizar lee aquí:
Sobre sentimientos “negativos” …